En el artículo de opinión de hoy, María Pía Aqueveque, CEO y fundadora de Maqueveq & Co, nos cuenta cómo el mercado cripto está cobrando especial importancia en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Hoy estamos en una guerra que no tiene precedentes en Occidente. La invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en evidencia que las batallas hoy, a diferencia de otras guerras en esta parte del mundo, se desarrollan en diferentes frentes simultáneamente: en el territorio físico, en el financiero, el cibernético, y en esta guerra en particular también en el energético. Que estas cuatro dimensiones están relacionadas entre sí.
Las Sun Tzu, en su texto “El Arte de la Guerra” señala: “La victoria generalmente va al ejército que tiene oficiales y hombres mejor entrenados.” Es así, durante 93 días entre el año 2013 y 2014, los ucranianos que se organizaron para luchar por su libertad a través de plataformas en el internet de la información, hoy lo hacen a través de blockchain, el internet del valor. En lugar de convocar a la organización colectiva a nivel local, hoy se da algo muchísimo más poderoso, convocan a un ejército global virtual tanto de financiación como de batallas cibernéticas, ambas en un formato descentralizado.
En el frente financiero, el Gobierno ucraniano ha conseguido miles de millones de USD en ayuda apoyado por diversos países y el Fondo Monetario Internacional. Aunque las donaciones que hasta el momento se han recaudado a través de la criptografía son sustancialmente inferiores a las obtenidas en moneda fiduciaria, la pregunta que surge es: ¿Por qué se están utilizando criptomonedas y otros cripto activos para financiar la guerra y la ayuda humanitaria? Es evidente que las cripto donaciones tienen algunas ventajas como la instantaneidad de las transferencias. No obstante, parece haber algo menos evidente, no por ello menos importante, y es que las criptos convocan a una comunidad en red descentralizada en un esquema de diversos Coins y Tokens.
Aún antes de la guerra, Ucrania y Rusia lideraban la lista de países con mayores tasas de adopción de cripto. Según Triple A, para el 2021 se estimaba que más de 5,5 millones de personas, el 12,7% de la población total de Ucrania, poseían criptodivisas. Según Chainalys, a mediados del 2021, Ucrania era el cuarto país con mayor adopción de cripto per cápita. La lista era seguida por más de 17,3 millones de rusos, que representaba el 11,9% de la población total de Rusia. Con la guerra la actividad criptográfica en ambas naciones "se disparó”. Las sanciones financieras a Rusia y la medición de fuerza de ellas, cambiando los términos de moneda de intercambio de energía rusa, también ha implicado oportunidades para valores criptográficos, pero desde una aproximación y estrategia distinta, errática y lenta.
En momentos difíciles como los que viven millones de ucranianos dentro y fuera de su país, resulta claro que los distintos criptoactivos ofrecen una forma rápida, barata y segura de transferir fondos para cubrir las necesidades financieras urgentes dentro y fuera de la frontera ucraniana. Esto resulta factible, tanto por el nivel de adopción de criptos, así como el hecho de que al menos dentro de territorio ucraniano existe un marco regulatorio favorable.
Como en cualquier conflicto, o situación de emergencia, su inicio detonó un stress en el sistema financiero. El presidente, Volodymyr Zelensky, apenas inició la “operación especial rusa” declaró la ley marcial. Con ello, el banco central suspendió la mayor parte del comercio de divisas y congeló el tipo de cambio oficial, acompañado de fondos fuertemente restringidos en los cajeros automáticos, provocando las enormes colas en los bancos. Lo cierto, es que en el inicio de la invasión rusa las transferencias bancarias se ralentizaron y los pagos transfronterizos redujeron sus límites para las transferencias a Ucrania de 14.000 USD a tan sólo 200 dólares (ahora ha vuelto a subir). Mientras que, a su vez, las sanciones financieras a Rusia excluyeron a los bancos rusos más importantes del sistema de servicios de pago SWIFT. Estos factores, han dificultado a las instituciones financieras rusas el procesamiento de los pagos internacionales y con ello perjudicado a miles de rusos que se encontraban en el occidente. De esta manera, en ambos países, tanto las criptomonedas como los bitcoin permitieron resolver las necesidades de pagos transfronterizos.
En este contexto, surgió otro fenómeno desde la innovación financiera aún más relevante, el cripto crowdfunding. Dos días después del comienzo de la invasión, el gobierno ucraniano publicó en las redes sociales las direcciones de sus monederos de bitcoin, ethereum y tether y señaló que aceptaba donaciones en 14 criptos, el Gobierno recaudó cerca de 100 millones USD. Dinámicas similares ya se venían implementando desde organizaciones sin fines de lucro, como Back Alive, que comenzó a aceptar criptoactivos en 2018, y ha visto un reciente aumento de las donaciones de bitcoin para equipamiento y formación militar desde el inicio de la invasión rusa. O el colectivo cripto UkraineDAO, un colectivo que subastó un token no fungible (NFT) de una bandera ucraniana vendido por 2.258 ETH (aproximadamente 6,75 millones USD) para fines de ayuda humanitaria, entrando en la lista top ten de NFTs de mayor valor.
También se ha hecho presente el mundo cripto internacional el caso de Binance, la mayor exchange, quien lanzó la Binance Refugee CryptoCard para todos los ucranianos que se reubicaron en países del Espacio Económico Europeo (EEE). Esta solución financiera para refugiados permite transferir criptomonedas a las nuevas tarjetas y billeteras de Binance para ayudar a los refugiados ucranianos y asegurar una inclusión financiera. La exchange, también creó un sitio de crowdfunding de criptomonedas que ha recaudado alrededor de un millón USD para apoyar a Ucrania.
Por otra parte, recientemente, el Gobierno ucraniano ha anunciado el lanzamiento de una nueva plataforma de recaudación de fondos en criptomonedas y otros criptoactivos. La plataforma admite criptoactivos como Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), Binance Coin (BNB), la recientemente lanzada ApeCoin (APE), así como algunos Tokens de finanzas descentralizada (DeFi) de menor capitalización. Además de la lista de criptos admitidas para realizar las donaciones, la nueva iniciativa permite a los donantes elegir a qué destinar sus fondos, lo que la diferencia de los anteriores intentos de recaudación de fondos de Ucrania. Actualmente hay tres áreas entre las que los usuarios pueden elegir realizar sus donaciones: defensa y desminado; atención humanitaria y médica; reconstrucción de Ucrania. A su vez, se han comprometido a proporcionar informes semanales sobre cómo se han gastado los fondos, el proyecto pretende mejorar la eficiencia y la transparencia en la distribución de las donaciones.
Detrás de todas estas iniciativas, y en particular la última impulsada por el Gobierno ucraniano, se busca vencer en el frente financiero, a través de financiamiento colectivo, bajo principios de transparencia, poder de elección y sin intermediarios (peer2peer). Podríamos decir que es un upgrade tecnológico de modelos fintech tradicionales aplicado a un caso no tradicional, un país. No obstante, refleja cómo el paradigma cripto fintech empieza a permear estructuras institucionales y convergen con las nuevas tecnologías en su expresión de valor, abriendo la puerta a lo que podríamos llamar un “ecosistema monetario”. Tal como decía Albert Einstein, “la oportunidad se encuentra en el centro de la dificultad.” Por tanto, no me extrañaría que un mayor nivel de innovación financiera surja dentro de esta adversidad.
María Pía Aqueveque
CEO y fundadora de Maqueveq & Co.
Estudiante del Máster en Fintech e Innovación Financiera de Three Points