Recopilar, gestionar y analizar datos se ha convertido en una prioridad para empresas de cualquier sector. Y es que la información que se puede obtener de ellos, influye en la toma de decisiones estratégicas, que se ven mejoradas al basarse en algo real y no en suposiciones. Pero dado que el volumen de datos no deja de crecer, se necesitan herramientas que sean capaces de almacenarlos. Una de ellas es el data warehouse.
En este artículo, te contamos en qué consiste, sus aplicaciones y beneficios de utilizarlo. Pero si quieres ampliar tus conocimientos sobre el análisis de datos en general para comprender el potencial que tiene, inscríbete en nuestro Máster en Big Data y Business Analytics.
Un data warehouse, que se traduce como almacén de datos, es un sistema de almacenamiento centralizado que ha sido diseñado para permitir la recopilación, gestión y análisis de grandes volúmenes de datos procedentes de diversas fuentes. A diferencia de las bases de datos operacionales, que se utilizan para el procesamiento de transacciones del día a día, esta se optimiza para la consulta y análisis de datos históricos y actuales.
Es importante diferenciarlo de otras tecnologías como el data lake, que almacena grandes volúmenes de datos en su formato bruto, y que permite una mayor flexibilidad para diferentes tipos de análisis. O también del data mesh, que es una arquitectura descentralizada que busca democratizar el acceso y la gestión de datos. Para ello, los distribuye por dominios de negocio específicos.
La arquitectura de un data warehouse suele incluir procesos de extracción, transformación y carga (ETL, por sus siglas en inglés). Estos son los que se encargan de recopilar datos de diferentes sistemas, transformarlos en un formato uniforme y cargarlos en el almacén de datos. Una vez que se han almacenado, se puede acceder a los datos y analizarlos con herramientas de inteligencia empresarial (BI).
La clave de contar con un repositorio de datos son las aplicaciones que tiene en distintos sectores. Algunas de las más habituales hoy en día son las siguientes:
Un data warehouse permite analizar patrones de ventas, el comportamiento de los clientes y la eficacia de las campañas de marketing. A partir de aquí, se pueden identificar tendencias, segmentar los mercados y optimizar las estrategias de ventas y marketing para que resulten más atractivas para el público objetivo.
Monitorizar y optimizar la cadena de suministro se traduce en una visión integrada de inventarios, pedidos, envíos y rendimiento de proveedores. Es decir, que se mejora la eficiencia operativa y se reducen los costes.
Las empresas pueden utilizar distintos tipos de almacén de datos para mejorar la atención al cliente, a través del análisis de interacciones, la identificación de problemas recurrentes y la personalización de servicios según las preferencias de aquel.
Implementar un data warehouse en una empresa tiene multitud de beneficios, de ahí que su popularidad y uso no deje de incrementarse. A continuación, te dejamos cuáles son los principales:
Un data warehouse centraliza los datos de diversas fuentes. No solo la información es más precisa, sino que se reducen los errores y las discrepancias que aparecen cuando se usan múltiples sistemas de datos. Si se almacenan de forma organizada y estructurada, también se facilita que los usuarios puedan acceder a la información con más rapidez.
Cuando los datos se centralizan, resulta más fácil identificar ineficiencias o cuellos de botella en las operaciones. A partir de aquí se pueden implementar mejoras y los procesos optimizarse. Por tanto, se consigue una mayor eficiencia operativa. También se reducen los costes operativos al introducir mejoras en la cadena de suministro, la gestión de inventarios y la atención al cliente.
Con un almacén de datos se pueden hacer análisis muy detallados y complejos, como los predictivos, las tendencias históricas y simulaciones. Dado que se consigue una visión más completa de los datos, los informes que se obtienen también están más personalizados y cumplen funciones más específicas.
Un data warehouse permite incorporar datos y fuentes nuevos, por lo que está diseñado para escalar con el crecimiento de la empresa y adaptarse con mayor flexibilidad a los cambios que tengan lugar. También se puede integrar con nuevas tecnologías y herramientas de análisis.
Estos almacenes usan medidas de seguridad muy avanzadas para proteger los datos sensibles de la empresa. Así, solo los usuarios autorizados pueden acceder a ciertos tipos de información. Gracias a ello, se garantiza también el cumplimiento de las normativas de protección de datos y se facilitan las auditorías.
Como puedes comprobar, el mundo del análisis de datos es muy complejo y sigue avanzando con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Para no quedarte atrás y conocer cómo se pueden aplicar a las empresas con independencia de su sector o actividad, inscríbete en nuestro máster.