La experiencia de usuario, o UX, debe ponerse en el centro de cualquier estrategia digital, ya que hoy en día es necesaria para captar, convencer y fidelizar clientes. Esta incluye múltiples aspectos relacionados con el funcionamiento y la respuesta de las páginas webs y apps. Además de ser de calidad y ajustarse a las expectativas, deben estar diseñados para facilitar, agradar y convertir. Esto se consigue con la personalización, que hoy desarrollaremos en este artículo.
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Vivimos en la era del exceso de información y la inmediatez. Es decir, que un usuario no tiene tiempo, ni paciencia para descifrar menús que resulten confusos o para mirar ofertas genéricas y contenidos que no le aporten valor.
Una forma eficaz de poder captar la atención y retenerla es invirtiendo en la experiencia de usuario o customer experience. Es gracias a ella que la navegación en la red se vuelve fluida, intuitiva y agradable. Pero, si además se ha apostado por la personalización, se crea una conexión emocional más profunda que llevará, con una mayor probabilidad, a la conversión y la fidelización.
Para ello, hay que aprovechar los datos que se obtienen de los usuarios: cada clic, búsqueda o scroll nos deja pistas. A partir de dichos datos, se pueden adaptar los mensajes, las recomendaciones y las rutas en el user journey. Pero, además de la mejora general en la experiencia del cliente, al personalizar también conseguimos mejorar la percepción que se tiene de la marca. De ahí que el perfil de customer experience manager -que analiza, mide y ajusta cada punto de contacto- esté cada vez más demandado.
Apostar por la personalización en marketing y diseño UX UI es invertir en la calidad del vínculo con el cliente. Aquí te dejamos algunas de sus principales ventajas que se obtienen con ello:
La teoría está clara, pero lo que realmente importa es la parte práctica. Para implementar la personalización en la experiencia de usuario, se puede optar por las siguientes estrategias:
Además de dividir a la audiencia por aspectos como la edad o la ubicación, hoy en día también se deben analizar comportamientos, intereses y el contexto en tiempo real. Para ello, se usan datos de navegación, historial de compra o de las interacciones previas, para que la experiencia de usuario esté lo más personalizada posible.
La inteligencia artificial se utiliza para automatizar la personalización a gran escala. Por ejemplo, recomendaciones de productos, contenido dinámico o chatbots adaptativos. Gracias a los algoritmos predictivos, podemos anticiparnos a las necesidades del usuario y ofrecer una interacción fluida que parece casi humana.
La personalización en tiempo real analiza la actividad del usuario en ese momento y modifica el contenido que se muestra al instante. Por ejemplo, cambiar banners, menús o incluso precios en función del comportamiento en la sesión actual.
La personalización se extiende al diseño UX UI, que se adapta al dispositivo, el contexto de uso o el nivel de experiencia digital del usuario. Implica usar interfaces limpias, rutas claras y accesibilidad.
Las necesidades de cada usuario varían; una nueva visita no necesita lo mismo que alguien que ya ha añadido productos al carrito. Por tanto, el contenido se irá adaptando a cada etapa. Correos de bienvenida a nuevos usuarios, recordatorios para recuperar un carrito abandonado o sugerencias de productos complementarios tras una compra.
Personalizar la experiencia de usuario es una estrategia imprescindible para competir en el entorno digital actual. Y conocer a fondo a los usuarios, anticiparse a sus necesidades y ofrecerles lo que buscan sin que lo pidan es lo que marca la diferencia. Si quieres especializarte en marketing digital e inteligencia artificial, inscríbete en nuestro máster.