La expansión de internet y el crecimiento de las redes sociales han conseguido que nos expongamos a estímulos para consumir, hagamos lo que hagamos. La saturación es tal, que para que un mensaje capte nuestra atención debe tener alguna característica muy particular o que lo diferencie del resto. En la actualidad, se está apostando por el marketing sensorial como vía para conectar con los consumidores. Como su nombre indica, busca despertar emociones a través de nuestros sentidos. Porque ahora, además de vender, el objetivo es crear una relación duradera.
En este artículo, veremos en qué consiste y los tipos de marketing sensorial.
El marketing sensorial es una estrategia que utiliza los cinco sentidos para influir en la percepción y el comportamiento del consumidor. Se puede utilizar tanto en tiendas físicas como en el entorno digital o en campañas publicitarias. Y en cuanto a su objetivo, también varía; puede usarse para mejorar la experiencia del cliente, reforzar la identidad de marca o evocar emociones. Pero en cualquier caso, la idea es facilitar el recuerdo y construir una relación duradera en el largo plazo.
Sin embargo, aunque pueda parecer una técnica superficial, el marketing sensorial se basa en estudios psicológicos y neurológicos que demuestran cómo los sentidos activan áreas del cerebro vinculadas a la emoción y la memoria.
Por eso, si los estímulos sensoriales están bien diseñados, pueden influir en nuestra decisión de compra, aunque no seamos conscientes de ello. De hecho, el 80% de las decisiones que tomamos son emocionales y solo el 20% son racionales. Algunos ejemplos de marketing sensorial son los aromas que se usan en las tiendas, la música personalizada en los restaurantes o la textura característica de ciertos envases.

El neuromarketing y el marketing sensorial parten de la misma base, que es comprender cómo reacciona el cerebro ante los estímulos y cómo esas reacciones influyen en las decisiones de compra.
Sin embargo, el neuromarketing utiliza herramientas científicas como la neuroimagen o el seguimiento ocular para analizar el comportamiento del consumidor. Pero el marketing sensorial hace uso de esos hallazgos para diseñar experiencias que sean más efectivas.
En otras palabras, el neuromarketing da la explicación de por qué ciertos estímulos funcionan. Luego, el marketing los aplica en sus campañas para crear una conexión emocional con el cliente. Además de trabajar con los sentidos, se añaden otras estrategias como el storytelling, que combina la experiencia sensoria con un relato que también apela a las emociones.
Con cada estímulo que una marca emplea, se refuerza su identidad porque se asocia con ella lo que se experimenta a través del marketing sensorial y los 5 sentidos. Al integrar varios, la experiencia es más profunda e intensa. Los tipos que encontramos en función del sentido al que se dirige el estímulo son los siguientes:
La vista es el sentido dominante en la mayoría de las estrategias, porque como dice el dicho, vale más una imagen que mil palabras. Los colores, tipografías, diseño de espacios o iluminación afectan a nuestra percepción. Por ejemplo, una empresa de tecnología puede optar por tonos fríos y líneas minimalistas porque transmite innovación, y una marca artesanal recurrirá a colores cálidos y texturas naturales.
Los estímulos visuales se usan mucho en la red, donde los tipos de marketing digital incluyen campañas visuales, branded content o experiencias inmersivas.
El marketing auditivo utiliza la música, los sonidos e incluso el silencio para reforzar la personalidad de una marca. Algunos ejemplos son las playlists personalizadas en tiendas, los tonos de espera o los jingles publicitarios. Un ritmo alegre invita al movimiento, mientras que una melodía suave nos transmite confianza o cercanía.
El olfato tiene una conexión directa con la memoria y las emociones. El marketing olfativo se utiliza para crear ambientes agradables y reforzar la identidad de marca con aromas únicos. Los hoteles, las aerolíneas y las tiendas de moda transmiten sensaciones como limpieza, lujo o confort. Un olor puede ser tan distintivo como un logotipo y quedar en la memoria del cliente durante años.

El marketing gustativo no se utiliza solo en la industria alimentaria. Muchas marcas ofrecen degustaciones o experiencias relacionadas con el sabor para generar conexión emocional. Por ejemplo, una marca de café puede organizar catas para transmitir calidad y autenticidad.
El tacto influye en la idea que nos hacemos sobre la calidad de un producto. El peso de un envase, la textura de un material o la suavidad de una prenda generan asociaciones inconscientes sobre el valor que tiene. Este tipo de marketing sensorial se suele usar en el diseño de envases y en el de productos de lujo. El tacto puede comunicar exclusividad y atención al detalle.
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