En los últimos tiempos, hemos oído hablar mucho de la necesidad de encontrar alternativas que nos permitan contar con recursos energéticos más eficientes. El estudio y aplicación de las nuevas tecnologías se extiende prácticamente a cualquier campo, y gracias a la creación de las Smart Grids o redes inteligentes es posible mejorar la funcionalidad tradicional de las redes eléctricas, así como optimizarlas para que sean más prácticas y sostenibles medioambientalmente.
El proceso de digitalización de las Smart Grids hace necesario contar con expertos en ciberseguridad que puedan garantizar el uso correcto de las redes. Es por ello que cada vez es más necesario contar con personas adecuadamente formadas para enfrentar este nuevo escenario del mercado laboral. Gracias al Máster en Ciberseguridad, adquirirás las capacidades y conocimientos necesarios para liderar con éxito proyectos en el ámbito de la ciberseguridad y dar respuesta a las necesidades de las empresas. Sigue leyendo para saber qué son las Smart Grids y cuáles son sus características.
Una Smart Grid o red inteligente es aquella que, de manera eficiente, puede integrar los comportamientos y acciones de todos los usuarios conectados a ella. Gracias a esto se puede asegurar que el sistema energético sea más sostenible y eficiente, consiguiendo minimizar las pérdidas y mejorando la seguridad del suministro.
Las Smart Grids son bidireccionales, es decir, que pueden transmitir la electricidad en ambos sentidos. Precisamente esto es lo que permite que en un determinado momento algunos consumidores puedan convertirse en pequeños productores de electricidad y aportar su granito de arena al circuito.
Una de las cuestiones a tener en cuenta en este campo es que la electricidad debe consumirse en el momento de su generación, ya que su almacenaje es muy complejo y en ocasiones no puede hacerse de una forma efectiva y duradera. Así pues, dado que la energía no utilizada suele perderse, las Smart Grids podrían ser una manera de transitar hacia un futuro en el que aprovechar mejor los recursos.
La inteligencia de este tipo de redes reside, sobre todo, en la capacidad de estas de comunicarse y de vigilar su consumo. Esta comunicación permite el análisis continuo del consumo y la posibilidad de obtener datos sobre su funcionamiento, necesidades y otras cuestiones relevantes para la mejora de la eficiencia.
Lo que hace posible estas cuestiones es el sistema informático automatizado con el que cuentan las Smart Grids. Un sistema que puede responder de forma independiente a las fluctuaciones de producción de electricidad y también dar respuesta inmediata y automática al consumidor.
Existen diferentes puntos importantes para que su funcionamiento se pueda llevar a cabo:
· Gracias a la telegestión se puede llevar a cabo la recogida de datos a tiempo real y, con ello, conocer mejor los hábitos de consumo e implementar planes de ahorro de forma rápida.
· En el centro de operaciones se recogerían y gestionarían los datos a tiempo real. Esto permitiría conocer la situación real y actuar de modo remoto si fuera necesario.
Estos sistemas inteligentes necesitan ciertas tecnologías que son las que pueden ponerlas en marcha y conseguir todas las funciones que pueden llevar a cabo:
· AMI, Advanced Metering Infrastructure. En este caso nos referimos a los hábitos de consumo que los usuarios deberían modificar para obtener la eficiencia.
· DER, Distributed Energy Resources. Esta tecnología es la que habla de la distribución de los recursos energéticos, de forma que pueda perderse la menor proporción de energía posible.
· ADA, Advanced Distribution Automation. La automatización de las redes permitiría un mayor control en el mantenimiento de las mismas.
Como ya hemos podido ver, son muchos los beneficios que pueden aportarnos estas redes inteligentes, sobre todo en materia de sostenibilidad y gestión de la energía:
· Mayor eficiencia y seguridad en la transmisión de electricidad.
· Ahorro de costes, sobre todo para el consumidor final.
· Reducción de los picos de demanda.
· Restablecimiento más rápido en caso de caída del sistema.
· Mejor integración tanto de los sistemas de energías renovables como los que sean propiedad de los usuarios.
· Mayor prevención de posibles problemas y soluciones más rápidas en caso de encontrarse con ellos.
· Posibilidad de hacer reparaciones de manera más rápida.
Cuando hablamos de este tipo de tecnología hay que tener en cuenta que nos referimos a una cuestión de futuro. Es necesario llevar a cabo una importante inversión para poder actualizar la actual red eléctrica y convertirla en un sistema inteligente.
Se prevé que con su instalación se pueda conseguir un valioso ahorro en el consumidor final, algo que no solo beneficiaría al bolsillo de quien paga la energía, sino que supondría una enorme ventaja para el medio ambiente.
En definitiva, la Smart Grid se convierte en un claro ejemplo de sostenibilidad futura para el planeta.