El rol de la gestión energética y del desarrollo sostenible en la industria 4.0
BusinessEl concepto de desarrollo sostenible se escucha y se lee cada vez más en todos los medios de comunicación. La razón se encuentra en que nuestra sociedad está más concienciada que hace años. No solo por el acceso a la información, sino porque es evidente que hay una conciencia medioambiental que se da cuenta de que las actividades humanas tienen una repercusión en el planeta que afecta a todas las personas.
En la industria 4.0, la gestión energética y la sostenibilidad son imprescindibles, ya que todos los sectores son responsables de mantener un equilibrio entre las operaciones que realizan y el cuidado del medioambiente.
La gestión energética como clave para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible
La gestión energética es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, particularmente los relacionados con la energía asequible y no contaminante (ODS 7), acción por el clima (ODS 13) y ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11). Una gestión energética eficiente implica optimizar el uso de recursos energéticos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar el uso de fuentes renovables.
La industria tradicional ha quedado atrás. Ahora, es necesario implementar tecnologías avanzadas, como redes inteligentes y sistemas de almacenamiento de energía, para mejorar la eficiencia y la estabilidad del suministro energético. Las políticas que promuevan la transición hacia energías renovables, como la solar y la eólica, son también necesarias para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y reducir la huella de carbono.
Pero la gestión de la energía para el desarrollo sostenible incluye también la mejora en las ciudades, que deben avanzar para convertirse en smart cities. Por ejemplo, se debe apostar en la eficiencia energética de edificios, transporte e industrias, que se traducirá en menores costes y en un uso más racional de la energía. Sin embargo, no se puede olvidar la educación y la concienciación de la población sobre prácticas de consumo responsable. Todos estos son algunos de los retos de la cuarta revolución industrial.
Los ODS y la agenda 2030
Hemos mencionado los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, pero estos hay que entenderlos en relación con la agenda 2030, en la que aparecen los ODS en los que debemos centrarnos para conseguir ser más sostenibles. Uno de ellos, concretamente, el número siete, pone su foco en la energía y potencia los siguientes aspectos para dicho año:
- Garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos.
- Aumentar la proporcionalidad de energías renovables con relación al conjunto total de fuentes energéticas.
- Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética.
- Impulsar la cooperación internacional, para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología con relación a fuentes de energía limpia.
El objetivo de estos cambios es mutar hacia modelos de gestión energética que sean sostenibles y eficientes, y que nos permitan seguir desarrollando nuestra industria, pero con ese perfil de equilibrio entre la evolución y el cuidado del medioambiente. De no cumplir con ellos, sabemos ya que nuestro planeta está condenado.
La cuestión es cómo vamos a cumplir con ellos. Se suele poner el foco en las acciones de la ciudadanía, pero lo que se necesita son gobiernos centrales que puedan dotar de herramientas e infraestructura a la industria. No obstante, cada persona, desde su hogar y en su día a día, también puede elegir entre tomar decisiones que potencien el desarrollo sostenible o que sigan dañando al planeta y a nosotros mismos.
Procesos en la industria 4.0 modificados para un desarrollo sostenible
En la era de la Industria 4.0, los procesos industriales se están transformando para alinearse con los ODS de la ONU. Algunas de las prácticas que se han ido adoptando en diversas industrias para promover un desarrollo sostenible son las siguientes:
Optimización de la producción mediante Inteligencia Artificial (IA)
Las fábricas utilizan IA para predecir fallos en las máquinas. Con esta información, se puede optimizar el mantenimiento preventivo y reducir el desperdicio de materiales y energía. Por ejemplo, General Electric ha implementado sistemas de IA para mejorar la eficiencia operativa de sus turbinas eólicas, que le ayudan a incrementar la producción de energía renovable.
Fabricación aditiva o impresión en 3D
La impresión 3D permite la producción de componentes con menos desperdicio de materiales y una menor huella de carbono. Adidas ha adoptado la impresión 3D para fabricar zapatillas deportivas, y así reducir el desperdicio y conseguir una producción más local y bajo demanda.
Uso de energía renovable y sistemas de gestión energética
Las empresas están invirtiendo en paneles solares, turbinas eólicas y otras tecnologías de energía renovable para alimentar sus operaciones. Tesla utiliza una combinación de energía solar y baterías de almacenamiento en sus fábricas para minimizar el uso de energía de fuentes no renovables.
Implementación de la economía circular
Para contribuir al desarrollo sostenible, se promueve el reciclaje y la reutilización de materiales en lugar de depender de recursos nuevos. Apple ha desarrollado programas de reciclaje y recuperación de materiales en sus productos, para reducir la necesidad de extracción de materias primas.
Monitorización y optimización del consumo energético en tiempo real
Se están utilizando sensores y dispositivos IoT para que las industrias monitoricen el uso de la energía y los recursos en tiempo real. Con ello, consiguen mejorar su eficiencia. Siemens utiliza sensores IoT en sus plantas para gestionar el consumo de energía y agua y optimizar los procesos de producción.
Desarrollo de productos sostenibles
La IA también se puede usar para el diseño y desarrollo de productos con menor impacto ambiental, usando materiales reciclados y procesos de fabricación que sean más sostenibles. Unilever ha lanzado líneas de productos de cuidado personal y limpieza que utilizan envases reciclables y fórmulas biodegradables.
Todas estas prácticas avanzan hacia el cumplimiento de los ODS, pero también mejoran la eficiencia operativa y reducen costos a largo plazo. Es decir, que se logra un desarrollo sostenible que beneficia a las empresas y al planeta, a la vez que satisface las necesidades cambiantes de la sociedad.
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