Para captar la atención de su público objetivo, las empresas deben acudir donde se encuentra este. En la última década, uno de estos espacios ha sido la red, y en concreto, las redes sociales. Además de poder conectar directamente con la audiencia, las marcas pueden trabajar el reconocimiento y potenciar sus conversiones. Pero para conseguirlo, no basta con publicar contenido, sino que es necesario apostar por una estrategia bien planificada. Es la publicidad en redes sociales.
Hoy nos centraremos en el impacto que tiene una mala gestión de las mismas en el retorno de la inversión o ROI. Pero si quieres comprender en mayor detalle la relación entre las redes sociales y la rentabilidad, te recomendamos nuestro Máster en Marketing Digital e Inteligencia Artificial en Barcelona y Madrid. Los contenidos combinan la estrategia digital con el uso de la IA para optimizar las decisiones y los resultados.
La publicidad en redes sociales influye en las métricas de visibilidad y en el engagement. Pero, además, afecta a los resultados financieros de una empresa. En este sentido, el ROI mide la relación entre lo que se invierte en publicidad y los beneficios que se obtienen por ella.
Si bien hay plataformas como Meta Ads o TikTok Ads que ofrecen una segmentación avanzada, personalización y formatos creativos, se pueden seguir generando anuncios ineficientes. Lo que realmente importa es la planificación estratégica y su posterior ejecución.
Cuando una campaña está bien estructurada, aumenta las conversiones, reduce el coste por adquisición (CPA) y fideliza al cliente. Para ello, es necesario apostar por una segmentación basada en datos, contenidos que se adapten a cada fase del funnel de conversión y una optimización continua mediante A/B testing y análisis de resultados. De lo contrario, habrá clics irrelevantes, audiencias mal definidas y una pérdida de presupuesto.
Es aquí donde adquieren importancia el marketing automatizado o el enfoque data driven. Con ellos, se identifican patrones de comportamiento del consumidor y se anticipan sus necesidades. Y, gracias al análisis de datos, se puede ajustar el mensaje, tanto en contenido como en tiempo, para mejorar el retorno de cada euro invertido.
Los errores en redes sociales son más frecuentes de lo que creemos, y pueden comprometer el rendimiento y frenar el ROI. A continuación, te dejamos cuáles son los más comunes para que puedas evitarlos en la publicidad en redes sociales.
Publicar anuncios sin una estrategia clara es uno de los fallos más habituales. Muchas campañas se lanzan sin objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales), por lo que se dificulta su eficacia. Y, al carecer de planificación de contenidos ni tener KPIs específicos definidos, resulta difícil saber qué funciona y qué no.
Una buena estrategia de publicidad en redes sociales debe tener en cuenta:
Una mala segmentación se dirigirá a audiencias demasiado amplias o no basadas en datos reales, así que los clics que se obtengan no tendrán valor y habrá una baja tasa de conversión.
También se perderá la oportunidad de crear públicos personalizados o audiencias similares. Y es que la personalización mejora el rendimiento. Pero es necesario obtener datos demográficos, intereses y comportamientos, además de estudiar las etapas del funnel.
Cada red social tiene un lenguaje, un tipo de usuario y un formato determinado. Por ello, los anuncios se tendrán que adaptar a cada plataforma en lo que respecta al tono, duración, estética y llamada a la acción.
Así se mejora la experiencia del usuario y aumenta la probabilidad de conversión. También se favorece la visibilidad orgánica y el coste por impresión, ya que se premia el contenido nativo.
La optimización constante mejora el rendimiento de una campaña. Así, sin pruebas A/B, no se puede saber qué versión de un anuncio funciona mejor.
Hay que probar distintos textos, imágenes, llamadas a la acción o audiencias para lograr aumentar las conversiones. Pero la monitorización debe ser frecuente y los ajustes deben basarse en datos reales.
En cada campaña, se deben evaluar indicadores de negocio como el coste por adquisición, la tasa de conversión o el valor del cliente a largo plazo.
También se recomienda vincular herramientas como Google Analytics, Meta Pixel o eventos de conversión para aprender sobre el comportamiento del usuario.
Las herramientas de automatización basadas en IA sirven para programar campañas, personalizar mensajes y mejorar la segmentación. En consecuencia, aumentan la eficacia y el retorno, y se reducen costes.
Esta fusión entre marketing digital e IA es la que trabajamos en nuestro máster. No solo aplicados a la publicidad en redes sociales, sino en el resto de campañas digitales. Inscríbete y aprende todo lo necesario para mejorar el ROI de cualquier empresa.