Existen personas que se convierten en figuras icónicas y que dejan un legado tras de sí cuando ya no están. Hoy queremos hablarte de una de ellas, pero no solo de sus logros y talento tecnológico, sino de su cara más personal. Nos referimos a la personalidad de Steve Jobs. Fundador de Apple, fue un visionario que transformó para siempre la historia de la tecnología.
Aquellas personas que alcanzan una fama mundial suelen despertar la curiosidad de las grandes masas. Por eso, preguntarse cómo era Steve Jobs es bastante habitual. Y es que su trayectoria y éxitos profesionales han sido múltiples, y todavía hoy sigue siendo una fuente de inspiración. Sin embargo, sus rasgos son todavía más sorprendentes que sus logros profesionales. A continuación te dejamos algunas curiosidades de Steve Jobs.
Circulan muchas teorías de por qué Apple se llama así, pero en realidad, la historia es mucho más sencilla de lo que pueda parecer. Tanto Steve Jobs como Steve Wozniak buscaban un nombre para su producto.
Algunas de las propuestas que barajaban eran Matrix y Executek. Sin embargo, un día, mientras iban en coche, Jobs le dijo a Wozniak que tenía un nombre: Apple Computer. Apple significa “manzana”, y no solo a Jobs le encantaba esta fruta, sino que hacía dietas alimentándose solo de ellas y pasaba mucho tiempo en granjas de producción. Fue volviendo de una de ellas como se le ocurrió el nombre.
Los motivos por los que finalmente optaron por este nombre también son claros: no encontraron ninguno mejor. Apple sonaba divertido y vital, y compensaba con la frialdad que podía transmitir el término Computer. Además, desde el punto de vista estratégico, Apple aparece por orden alfabético antes que Atari, su competidor de entonces.
Otra de las curiosidades de la personalidad de Steve Jobs es su relación con la tecnología. Tenía como objetivo que sus aparatos fueran concebidos por los usuarios como una extensión de sus propios cuerpos. Es decir, como un elemento indispensable en sus vidas.
Esta necesidad insaciable para que sus dispositivos fueran entendidos como una extensión de los usuarios le llevó a darles nombres que comenzaran con “yo”; “I” en inglés. Es así como hoy tenemos con nosotros al iPhone, su producto más revolucionario, el iPad o el iPod.
El perfeccionismo extremo de Steve Jobs tenía nombre propio: TOC. Se trata del Trastorno Obsesivo Compulsivo, y que, de acuerdo con varios expertos, fue lo que marcó su carrera profesional desde los comienzos.
El fundador de Apple tenía una personalidad obsesiva. Por ello, agobiaba a su plantilla de empleados para mejorar su rendimiento y prestar más atención a los detalles de sus productos. Por ejemplo, les ponía presión para reducir tan solo unos pocos píxeles en una aplicación o para colocar simétricamente dos elementos en una placa base.
Su obsesión por la perfección también la sufría en soledad. Parece ser que si no conseguía dar con la clave para algún proyecto, la frustración se apoderaba de él. Y también tenía tendencia a llorar con frecuencia en su día a día si no era capaz de lidiar con los problemas cotidianos.
Steve Jobs se ha convertido en un mito y en un referente para millones de personas en todo el mundo, tanto si son apasionados de la marca como si no. Será recordado como un maestro que combinaba ideas, arte y tecnología. Pero también como un personaje contradictorio, complejo, fuerte y arrogante, a la vez que sensible, vulnerable y de lágrima fácil.
Pero aunque ya no esté con nosotros, Steve Jobs consiguió cumplir con su objetivo de cambiar el mundo. Y la marca continúa sus pasos y sigue lanzando al mercado productos innovadores, como el Apple Vision Pro. Ahora, quien se encarga de la búsqueda incesante y de alcanzar la proximidad es la propia tecnología, con herramientas como la Inteligencia Artificial y el Big Data.
Su nombre aparecerá en los libros de historia y servirá de inspiración para otras personas que, como él, deseen perseguir sus sueños y emprender.
Por @MaiteAcinas.
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